(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 08.05.2025).- Ofrecemos la transcripción al castellano del mensaje “urbi et orbi” pronunciado por el Papa León XIV en la que ha sido su primera aparición pública la tarde del jueves 8 de mayo, día de su elección como 267 Papa de la Iglesia católica:
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¡La paz sea con todos ustedes!
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el buen pastor que dio la vida por el rebaño de Dios.
También yo deseo que este saludo de paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas, estén donde estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz sea con ustedes!
Esta es la paz de Cristo Resucitado: una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, un Dios que nos ama a todos incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos aquella voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma.
El Papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana del Domingo de Pascua. Permítanme continuar con esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! Estamos todos en las manos de Dios.
Por tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, y ayúdense mutuamente, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!
Quiero agradecer también a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida que siempre busca la paz, la justicia, que siempre trabaja como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.
Soy hijo de san Agustín, agustino, quien dijo: “Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo”. En ese sentido, todos podemos caminar juntos hacia la patria que Dios nos ha preparado.
¡A la Iglesia de Roma un saludo especial! [aplausos] Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, el diálogo, siempre abierta a recibir, como esta plaza con los brazos abiertos. A todos, todos los que necesiten nuestra caridad, nuestra presencia, el diálogo y el amor.
Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia, de todo el mundo: queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que siempre busca la paz, que siempre busca la caridad, que siempre quiere estar cerca, especialmente de quienes sufren.
Hoy es el día de la Súpplica a la Virgen de Pompeya. Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor.
Entonces, quiero rezar junto a ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo y pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre.
Dios te salve, María…
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