(ZENIT Noticias / Madrid, 27.05.2025).- Una encuesta nacional reciente sugiere que la mayoría de los españoles ven en el nuevo pontífice León XIV no una ruptura, sino una promesa: quizás de tono más discreto, pero igualmente capaz de guiar a la Iglesia global.

La encuesta, realizada por el Instituto DYM para «20minutos», revela que casi el 69% de los españoles cree que el papado de León XIV será tan bueno, o incluso mejor, que el de su respetado predecesor, el papa Francisco. Esta confianza se mantiene a pesar de que solo el 17,2% cree que superará definitivamente el legado de Francisco, lo que no indica escepticismo, sino la imponente estatura que Francisco ostenta en el imaginario público.

Si bien pocos esperan una revolución, aún menos temen una regresión: solo el 9,6% de los encuestados cree que León XIV será un papa inferior, y tan solo el 8,5% ve el papado de Francisco de forma negativa, una cifra notablemente baja en una sociedad pluralista y cada vez más secular como la española.

Lo sorprendente de los datos no es solo la simpatía general hacia ambos pontífices, sino cómo esta trasciende las fronteras políticas. El papa Francisco, quien a menudo desafió las expectativas ideológicas con su mezcla de retórica progresista y valores tradicionales, obtuvo altas calificaciones en todo el espectro político. Entre los votantes de centroizquierda, el 71,2% vio su papado con buenos ojos, muy similar al 68,5% de la centroderecha y el 63,7% del centro.

La distribución por partidos revela matices similares. Los simpatizantes de los dos principales partidos españoles —PP (Partido Popular) y PSOE (Partido Socialista)— expresaron índices de aprobación casi idénticos para Francisco, con un 71,3% y un 71% respectivamente. Curiosamente, si bien más votantes del PSOE lo consideraron «bueno» (46,5%) que del PP (37,1%), ambos bandos reconocieron su importancia.

Sin embargo, la recepción del papado no estuvo exenta de tensión. Los votantes alineados con la plataforma izquierdista de Sumar se mostraron más ambivalentes: casi la mitad (49,1%) describió el mandato de Francisco como regular o malo. Esto podría reflejar fricción por su cautela doctrinal en áreas como la inclusión LGBTQ+ o el rol de la mujer, temas donde las expectativas a menudo han superado el ritmo del Vaticano.

Si Francisco fue el papa que trajo la periferia al centro, León XIV es, al menos por ahora, la figura de una consolidación esperanzadora. Su elección —un obispo nacido en Estados Unidos y radicado en Perú, con raíces en Francia, España e Italia— señala la continuidad de una Iglesia con un espíritu global pero con un estilo pastoral cercano.

El hecho de que los españoles ya muestren una fuerte confianza en su liderazgo, a pesar de su bajo perfil en comparación con Francisco en el momento de su elección, sugiere un deseo no necesariamente de novedad, sino de credibilidad moral y una administración firme.

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