(ZENIT Noticias / Roma, 10.06.2025).- El Papa León XIV recibió al presidente argentino Javier Milei en el Vaticano el sábado 7 de junio. Aunque en apariencia formal, el encuentro tuvo tintes de reconciliación, un nuevo acercamiento y un cambio en la a menudo compleja dinámica entre la Santa Sede y el gobierno de Milei.

El líder argentino, conocido por sus abiertas posturas libertarias y su retórica a menudo confrontativa, llegó al Palacio Apostólico acompañado de una pequeña pero importante delegación que incluía a su hermana y Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el canciller Gerardo Werthein; y el embajador del Vaticano, Luis Beltramino. En una audiencia privada de 45 minutos, el Papa León XIV y el presidente Milei se sentaron cara a cara en un diálogo que, según los observadores del Vaticano, trascendió con creces el protocolo.

Si bien los comunicados oficiales de la Oficina de Prensa de la Santa Sede se refirieron a la reunión como «cordial» y destacaron la reafirmación de los fuertes lazos bilaterales, quienes conocieron la agenda notaron una mayor profundidad. Según informes, los temas tratados incluyeron el panorama socioeconómico actual de Argentina, los esfuerzos continuos para combatir la pobreza y la fragilidad de la cohesión social en un período de reformas económicas agresivas. A pesar de la distancia ideológica, tanto el Vaticano como la Casa Rosada parecieron reconocer un interés compartido en promover la paz y la estabilidad, tanto dentro de Argentina como a nivel mundial.

La reunión posterior con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y monseñor Mirosław Wachowski, subsecretario para las Relaciones con los Estados, brindó la oportunidad de profundizar la conversación en términos diplomáticos. El tono se mantuvo constructivo, con énfasis en las crisis regionales y la urgencia de las iniciativas globales de pacificación, lo que sugiere que Argentina, bajo la dirección de Milei, podría estar buscando un papel internacional más proactivo, aunque en sus propios términos.

Uno de los elementos más significativos del encuentro, confirmado por fuentes no oficiales, fue la tan esperada discusión sobre una visita papal a Argentina. El papa Francisco, como es bien sabido, se abstuvo de regresar a su patria durante sus 12 años de pontificado, a pesar de las reiteradas invitaciones. Ese silencio, interpretado por muchos como una forma de protesta o distanciamiento emocional de la clase política de su país natal, ha sido a menudo motivo de especulación e incluso de resentimiento entre los argentinos. Ahora, con la confirmación de la intención del Papa de visitar Argentina, un círculo histórico podría estar a punto de cerrarse.

La reunión no estuvo exenta de toques de personalidad. Durante el habitual intercambio de regalos, el presidente Milei entregó al Papa León XIV dos obras del economista español Jesús Huerta de Soto, cuyas teorías ultraliberales se alinean estrechamente con la visión de Milei de un Estado mínimo y mercados desregulados. La reacción del Papa al regalo sigue siendo desconocida, aunque el gesto, cargado de significado ideológico, no pareció perturbar el espíritu general de respeto.

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