(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 27.07.2025).- Una voz mexicana resonó con fuerza en la Filmoteca Apostólica Vaticana la mañana del 25 de julio. No fue una conferencia ni el canto de un mariachi, sino el estreno de un documental que entrelaza la fe, la entrega y la esperanza. “¡Vamos, María!”, dirigido por el joven sacerdote Heriberto García, tuvo su premier mundial con el respaldo de la Embajada de México ante la Santa Sede, marcando un momento inédito: por primera vez, un joven sacerdote mexicano presentó una obra cinematográfica en el corazón mismo del Vaticano.
El documental es un viaje íntimo al alma de María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, una mujer nacida en un rincón de Nayarit que, empujada por un llamado interior y una devoción inquebrantable a la Virgen de Guadalupe, terminó fundando una congregación misionera presente hoy en 17 países. La cinta muestra cómo una joven, con dudas como cualquier otra, se atrevió a decir sí a una voluntad divina que la llevó mucho más lejos de lo que imaginaba.
Heriberto García, sacerdote y narrador de esta ópera prima, parte de una pregunta personal: ¿qué mueve a alguien a consagrar su vida tan lejos de casa? La duda surge al pensar en su prima Andrea, misionera en Japón desde hace más de una década. Esa inquietud se convierte en un punto de partida para descubrir la vida de la fundadora de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Entrevistas con religiosas, imágenes de archivo y relatos conmovedores se entretejen para revelar una historia que, aunque nacida en la primera mitad del siglo XX, habla con fuerza a los corazones del presente.
“Vamos, María” no es simplemente una frase: es el hilo conductor de una vida. Así animaba Madre Inés a sus hermanas, así empujaba su alma cada vez que el miedo o la incomprensión la rodeaban. En tiempos de persecución religiosa, con obstáculos físicos, emocionales y espirituales, esta mujer no dejó de creer que la voluntad de Dios era más grande que cualquier limitación.
El documental, que será liberado gratuitamente en línea en las próximas semanas (en ZENIT nos ocuparemos de darlo a conocer), no busca la épica de los grandes logros sino la belleza de una fe cotidiana, tejida en silencio, dolor y decisión. Muestra las caídas, las tentaciones de abandonar, los errores humanos… y, sin embargo, también la certeza de que una vida entregada puede cambiar el mundo.
El estreno mundial fue reservado para un grupo reducido en el Vaticano, pero el mensaje que lleva está destinado a cruzar fronteras. Porque “¡Vamos, María!” no solo cuenta lo que fue, sino que desafía al espectador a descubrir lo que aún puede ser. ¿Qué significa confiar hoy, cuando todo es incierto? ¿Qué nos impide decir también nosotros: “Vamos, María”? A veces, para cambiar la historia, basta con seguir a quien ya confió antes.
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