Así fue la primera “reunión sinodal” de Papa León XIV: esto fue lo que le preguntaron y lo que contestó

administrador Avatar

(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 28.10.2025).- El Papa León XIV invitó a la Iglesia Católica a redescubrir su capacidad de escucha profunda, paciente y valiente. En su encuentro con los participantes del Jubileo de los Equipos Sinodales y los Órganos de Participación en el Aula Pablo VI el 24 de octubre, el Papa dejó a un lado el texto preparado y entabló una conversación abierta con representantes de todos los continentes. El resultado fue un diálogo espiritual y cultural que reveló la visión del Papa de una Iglesia no solo misionera, sino verdaderamente relacional.

En el centro de su mensaje se encontraba un llamado a abandonar la ilusión de uniformidad. «No buscamos un modelo único», dijo, respondiendo a una pregunta de África. «La sinodalidad no es una campaña ni un sistema que se aplique en todas partes de la misma manera. Es una conversión a una forma de ser Iglesia, a una forma de ser misionero, a una forma de ser familia de Dios».

Esa insistencia en la conversión —personal, pastoral y cultural— impregnó cada intercambio. Desde las costas del Pacífico hasta las parroquias de África, desde los salones teológicos de Europa hasta las comunidades afectadas por la guerra en Oriente Medio, el Papa escuchó historias de progreso y resistencia, de entusiasmo y fatiga. Respondió no como un administrador, sino como un pastor que ve en la diversidad de la vida de la Iglesia el rostro vivo del Evangelio.

En sus palabras, la sinodalidad no se trata de reuniones y documentos, sino de aprender a caminar juntos de nuevo: clérigos y laicos, hombres y mujeres, ricos y pobres. «A veces», reflexionó, «la resistencia surge del miedo o de la ignorancia. No todos corren a la misma velocidad, y debemos ser pacientes unos con otros. Si unos pocos se adelantan y dejan a muchos atrás, se rompe la comunión. La Iglesia debe encontrar maneras concretas de caminar al ritmo de su gente».

Uno de los temas más relevantes de la velada fue el papel de la mujer. Preguntado por un delegado europeo sobre las esperanzas de las mujeres en una Iglesia sinodal, León XIV respondió con una sencillez cautivadora. Recordó a su propia madre, quien una vez le dijo que no quería ser igual a los hombres porque «ya somos mejores». También recordó a las hermanas misioneras que conoció en Perú, quienes sirven en regiones remotas sin sacerdotes, bautizando niños y presenciando matrimonios. «Son verdaderas testigos del Evangelio», dijo. «El problema no es la falta de oportunidades, sino los obstáculos culturales que hacen que las mujeres se sientan como ciudadanas de segunda clase, incluso en la Iglesia. Existen prejuicios y discriminaciones que contradicen el Evangelio».

En lugar de proponer soluciones rápidas, hizo un llamado a una «conversión cultural», una que transforme tanto las sociedades como la vida de la Iglesia a través de los valores del Evangelio. «Con demasiada frecuencia», lamentó, «nuestra fe se moldea más por la cultura que por el Evangelio. La Iglesia debe convertirse en una fuerza que convierta culturas, no en un simple reflejo de ellas».

El Papa también dirigió su atención a las regiones que viven en dificultades y conflictos. Dirigiéndose al obispo maronita del Líbano, expresó su admiración por las Iglesias orientales que continúan dando testimonio en medio del sufrimiento. Instó a los cristianos de Oriente Medio a redescubrir el entusiasmo de la fe como signo de esperanza y a ser constructores de perdón y reconciliación. La verdadera unidad, recordó a la asamblea, no nace del acuerdo, sino de la misericordia. «Si no podemos respetarnos, nunca nos acercaremos».

El diálogo también dio voz a las inquietudes y aspiraciones de otros continentes. Desde Canadá surgió una pregunta sobre cómo fomentar una auténtica corresponsabilidad sin debilitar la autoridad episcopal. La respuesta del Papa fue tanto pastoral como práctica: los sacerdotes, dijo, deben ser los primeros en abrir sus corazones a la sinodalidad. «A menudo tienen más miedo que los obispos», señaló. «Pero la formación, la escucha y la paciencia pueden convertir el miedo en comunión».

Desde Oceanía llegó el desafío de la fragilidad ecológica. El Papa se hizo eco del llamado de Laudato Si’, instando a la Iglesia a actuar, no solo a reflexionar. «No podemos permanecer pasivos. Cuando escuchamos el clamor de quienes sufren —por la pobreza, la injusticia, el cambio climático— nos damos cuenta de que la fe exige una respuesta urgente».

Los delegados latinoamericanos describieron una Iglesia rica en participación y renovación, que impulsa redes, catequesis en línea e iniciativas teológicas que promueven la transparencia y la rendición de cuentas. Los ojos del Papa se iluminaron. “Rara vez me he sentido inspirado por un proceso”, dijo, “pero me inspiran las personas que viven su fe con entusiasmo. Ese entusiasmo es contagioso; atrae a otros a unirse a nosotros como constructores de paz y comunión”.

La contribución de Asia concluyó la conversación global. El sacerdote malasio Clarence Devadassan habló del pluralismo de la región, su diálogo interreligioso y su uso creativo de las plataformas digitales. León XIV escuchó atentamente y luego respondió con reverencia: “Debemos inclinarnos ante la tierra sagrada que es Asia. Su sentido de misterio y contemplación es un tesoro. Puede enseñarnos mucho sobre el diálogo, la humildad y la esperanza”.

El encuentro del Jubileo, parte del Jubileo de la Esperanza 2025, se convirtió en ese momento en algo más que un evento del Vaticano. Fue una instantánea vívida de la Iglesia aprendiendo a respirar de nuevo a través de sus múltiples pulmones: africanos, asiáticos, europeos, oceánicos, americanos y orientales.

El Papa León XIV cerró el encuentro como lo había comenzado: con gratitud, realismo y un toque de esperanza desafiante. “La sinodalidad no es un eslogan”, dijo. “Es la Iglesia redescubriéndose como una comunidad que escucha la Palabra, escucha a los pobres, se escucha unos a otros. Solo escuchando encontraremos la valentía para cambiar”.

Gracias por leer nuestros contenidos. Si deseas recibir el mail diario con las noticias de ZENIT puedes suscribirte gratuitamente a través de

 

The post

 Avatar

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *