(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 20.12.2025).- En una victoria histórica para las naciones pro familia y la administración Trump, la Asamblea General votó para eliminar la “orientación sexual y la identidad de género” de una resolución de la ONU por primera vez el miércoles 17 de diciembre.

La enmienda para eliminar el texto ofensivo fue patrocinada por Egipto en nombre de los 57 Estados que conforman la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) y contó con amplio apoyo de Asia y África. Argentina, Bolivia, El Salvador, Guatemala y Paraguay también apoyaron la enmienda.

La Unión Europea se opuso a la enmienda. Un representante de Dinamarca, en nombre de todos los Estados miembros de la UE, calificó la enmienda de lamentable y afirmó que la supresión de las cuestiones homosexuales y transgénero constituía un principio fundamental de no discriminación.

Ningún Estado miembro de la UE rompió su postura con Bruselas. Incluso Hungría, Italia, Eslovaquia y otros Estados miembros de la UE con gobiernos supuestamente pro-familia también votaron con la Unión Europea a favor de los derechos de las personas homosexuales y transgénero.

La presidenta alemana de la Asamblea General, Annalena Baerbock, hizo todo lo posible por retrasar el golpe de mazo sobre el resultado final, algo que la Federación Rusa consideró inusual y que demostraba la «posición sesgada de la presidenta sobre este tema». Una votación que normalmente dura menos de un minuto duró casi tres minutos. En un momento dado, el recuento de votos en pantalla mostró que la enmienda había prosperado por un solo voto, 78 a 77. En un intento desesperado por conseguir más votos en contra de la controvertida enmienda, Baerbock volvió a pedir a los países que revisaran sus votos. Este cálculo fue fatal, ya que el recuento final de votos arrojó tres votos más a favor.

Durante la votación, la alemana Baerbock mostró incredulidad, aún más cuando estallaron los aplausos en el Salón de la Asamblea General. Su voz se quebró por la emoción mientras luchaba por mantener la compostura al anunciar el resultado final. La enmienda para eliminar los términos controvertidos fue aprobada por 81 votos a favor y 77 en contra.

La postura de la administración Trump contra la ideología de género y la DEI influyó enormemente en la dramática votación. Los delegados europeos que salían del Salón de la Asamblea General denigraron la enmienda calificándola de «la enmienda Trump».

Fue la primera vez que una votación para eliminar la «orientación sexual e identidad de género» en una resolución de la ONU prosperó en la Asamblea General. Enmiendas similares se han propuesto regularmente desde que estos controvertidos términos se introdujeron por primera vez en la política de la ONU en 2008. Anteriormente, habían recibido más de setenta votos, pero siempre habían fracasado hasta hoy.

Esta fue la segunda votación sobre la misma enmienda. La primera, celebrada a principios de semana, terminó en empate: 74 Estados miembros votaron a favor y 74 en contra. Canadá y los países europeos solicitaron una prórroga de dos días. La moción les dio tiempo para presionar a otros gobiernos para que se abstuvieran o estuvieran ausentes en la siguiente votación. Sin embargo, la solicitud fracasó, ya que los países pro familia se movilizaron. Aún más países votaron a favor de la enmienda el miércoles, lo que demuestra la impopularidad de la ideología de género y las cuestiones transgénero.

El mayor cambio con respecto a debates anteriores fue la postura de la administración Trump. Cuando este tema se planteó anteriormente, muchos pequeños países en desarrollo se abstuvieron o no votaron debido a la presión diplomática y política de la Unión Europea y las administraciones de Obama o Biden. Esta vez, la presión europea fue inmensa. Más de cuarenta delegaciones no votaron o se abstuvieron. Sin embargo, el cambio de postura del gobierno estadounidense permitió que suficientes gobiernos representaran democráticamente sus propias leyes nacionales en la votación.

Los conceptos de orientación sexual e identidad de género se utilizan en el sistema de las Naciones Unidas para promover la enseñanza escolar de que los niños pueden elegir su género, experimentar con su sexualidad y socavar los derechos parentales. Un informe reciente de C-Fam expuso cómo la ideología de género se ha infiltrado en los programas de las Naciones Unidas para la infancia.

La resolución sobre discapacidades abordó específicamente las discapacidades mentales, lo que planteó el peligro de que los niños vulnerables con discapacidad se vieran expuestos a la ideología transgénero. Se ha demostrado que las niñas con espectro autista son altamente vulnerables a la explotación por parte de médicos y clínicas en la industria transgénero.

Traducción del original en lengua inglesa bajo responsabilidad del director editorial de ZENIT.

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