Stefano Gennarini y Kelly Heilman

(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York, 20.12.2025).- La Unión Europea bloqueó la financiación a dos grupos pro vida europeos alegando que no se adhieren a los “valores de la UE”, específicamente el aborto, el matrimonio homosexual y la ideología de género.

La Unión Europea ha denegado seis veces en los últimos años la financiación de proyectos de la UE a la Federación de Asociaciones Familiares Católicas de Europa (FAFCE). La Alianza Mundial de la Juventud recibió tres cartas de revisión de la UE, que básicamente constituyen amenazas de perder la financiación. Ambos grupos son provida y profamilia y afirman estar siendo perseguidos por sus convicciones provida y profamilia.

El presidente de FAFCE, Vincenzo Bassi, dijo al diario de los obispos italianos Avvenire que su grupo fue objeto de “discriminación ideológica” basada en la última Estrategia de Igualdad LGBTIQ+ de la Comisión Europea.

Bassi explicó que la última solicitud de fondos de la Federación fue rechazada porque enfatizaba la importancia de la familia en su solicitud, y es sabido que FAFCE representa a familias católicas fundadas en la unión de un hombre y una mujer. Las autoridades de la UE decidieron que «este enfoque (en la familia) podría violar las normas de igualdad de la UE» y que el grupo no realizó suficiente «análisis de género» en sus programas, lo que a su vez podría generar discriminación.

FAFCE es uno de los grupos provida y profamilia originales de Europa. Representa a asociaciones familiares católicas de toda Europa ante las instituciones de la UE desde 1997 y opera con un presupuesto limitado. En los últimos años, ha organizado eventos y campañas para promover políticas familiares, la protección de la infancia y la oposición al aborto y la gestación subrogada.

La Alianza Mundial de Jóvenes (WYA) es una organización juvenil que promueve la participación de jóvenes provida y profamilia en instituciones internacionales. Ha recibido financiación para proyectos de la UE en los últimos años, pero parece estar a punto de perderla por completo debido a su labor provida y profamilia.

WYA fue acusada recientemente por el grupo openDemocracy, financiado por George Soros, de difundir información falsa sobre el aborto. Como resultado, se abrió una investigación formal sobre la financiación de la organización y se le denegó oficialmente la financiación del proyecto. Aún no se ha determinado si WYA podrá recibir futuras subvenciones.

WYA afirma que la Comisión Europea carece de fundamento jurídico para denegarles fondos. Argumenta que la Comisión se basa en decisiones políticas no vinculantes como si fueran ley vinculante.

Los proyectos de financiación de la UE son gestionados por la Comisión Europea, como órgano ejecutivo de la Unión Europea. En los últimos años, la Comisión ha empezado a hablar de los «valores de la UE» como un requisito previo para participar en el espacio de la sociedad civil de la UE y recibir fondos de la UE.

Los valores de la UE que la Comisión supuestamente promueve se encuentran en el Tratado de la Unión Europea de 1992. Dicho tratado otorga a la Comisión la autoridad para tomar medidas contra los Estados miembros de la UE por no respetar el respeto a la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de derecho y los derechos humanos, incluidos los derechos de las minorías. La Comisión interpreta que estos valores de la UE incluyen las cuestiones de la homosexualidad y la transexualidad, así como el aborto, y extrapola que su mandato exige imponerlos como requisitos ideológicos a las organizaciones que reciben subvenciones de la UE.

Estos avances forman parte de una iniciativa más amplia de los defensores del aborto y de la comunidad LGBT para censurar a los grupos provida y profamilia y excluirlos de los debates públicos. Varios informes de grupos financiados por la Comisión Europea, el Departamento de Estado de EE. UU., George Soros y otros actores internacionales progresistas instan a las organizaciones internacionales a expulsar y negar la participación a los llamados grupos «antiderechos». Recientemente, el » Informe Next Wave » ejemplifica este enfoque. Su autor es Neil Datta, del Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos, una iniciativa de la Red Europea de la Federación Internacional de Planificación Familiar.

La mayoría de las organizaciones de la sociedad civil y organizaciones benéficas de la Unión Europea reciben fondos públicos y no podrían operar sin ellos. A diferencia de Estados Unidos, donde el código tributario fomenta las instituciones independientes de la sociedad civil con fines religiosos, educativos y benéficos, Europa no ha contado históricamente con una sociedad civil sólida. La financiación pública de las instituciones europeas ha intentado cubrir esa carencia. Las dificultades que enfrentan FAFCE y WYA en la Comisión Europea muestran las desventajas que se producen cuando los grupos independientes de la sociedad civil se vuelven dependientes de los fondos públicos.

Traducción del original en lengua inglesa bajo responsabilidad del director editorial de ZENIT.

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