(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 16.06.2025).- Los obispos católicos de Madagascar han realizado una peregrinación a Roma en ocasión del Jubileo 2025. En ese contexto, la mañana del lunes 16 de junio el Papa León les ha recibido en audiencia en la Sala de los Papas de la Ciudad del Vaticano. Ofrecemos a continuación el texto completo del discurso del Papa traducido al castellano por ZENIT:
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Eminencias, Excelencias, Queridos Hermanos en el Episcopado.
Con gran alegría les doy la bienvenida hoy ante la tumba del Apóstol Pedro, pastores de la Iglesia en Madagascar, que han venido a Roma en peregrinación jubilar. Este encuentro tiene un significado especial para mí, ya que es nuestro primer encuentro. Doy gracias al Señor por esta ocasión de fraternidad en Cristo.
También debo decirles que admiro su decisión de venir todos juntos a Roma, como obispos de Madagascar. Es un hermoso signo de unidad, ya acordado con el amado Papa Francisco, a quien sentimos espiritualmente presente también en este momento. Visitó su país en 2019 y, tres años después, les recibió en una Visita ad limina Apostolorum. Esta vez es el Jubileo, el Año de gracia proclamado por el Señor Jesús, quien los convocó.
Me alegra escucharles contar las alegrías y las pruebas pastorales que llevan con fidelidad. Su cercanía al pueblo de Dios es un signo vivo del Evangelio. Animo a cada uno de ustedes, en su ministerio episcopal, a cuidar especialmente de los sacerdotes, sus primeros colaboradores y hermanos más cercanos, así como de los religiosos y religiosas que se entregan al servicio.
Doy gracias por la vitalidad misionera de sus Iglesias particulares, herederas del testimonio de los santos que, al llevar el Evangelio a esta tierra lejana, no temieron ni el rechazo ni la persecución. Quisiera recordar a Henri de Solages, el primer misionero que no se desanimó ante el fracaso ni el encarcelamiento, o al santo mártir Jacques Berthieu, cuya sangre fue semilla de cristianos en Madagascar. Que su ejemplo siga fortaleciéndolos en la entrega a Cristo y a su Iglesia, en medio de los éxitos y las pruebas pastorales que experimentan al llegar al pueblo de Dios en las diferentes realidades de sus diócesis.
Los insto a no apartar la mirada de los pobres: ellos están en el centro del Evangelio y son los destinatarios privilegiados del anuncio de la Buena Nueva. Que reconozcan en ellos el rostro de Cristo y que su acción pastoral esté siempre animada por una preocupación concreta por los pequeños. Que su ministerio en este Jubileo, más allá de las pruebas, les ayude a encender los horizontes siempre nuevos de esperanza que Cristo ofrece.
Siguiendo al Papa Francisco, los invito a cuidar nuestra casa común, a preservar la belleza de la Gran Isla, cuya belleza y fragilidad les han sido confiadas. El cuidado de nuestra casa es parte integral de su misión profética. Cuiden la creación que gime y enseñen a sus fieles el arte de protegerla con justicia y paz.
Queridos hermanos, sigan adelante en su servicio con valentía y esperanza. El Sucesor de Pedro los acompaña con su oración y su afecto. Que la Virgen María, Nuestra Señora de Madagascar, los proteja. Que el beato Rafael Rafiringa, la beata Victoria Rasoamanarivo, san Jacques Berthieu y todos los santos de su tierra intercedan por ustedes. Los bendigo de corazón.
Traducción del original en lengua italiana realizado por el director editorial de ZENIT.
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