Gobierno municipal compra casa donde creció Papa León XIV: decisión unánime

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(ZENIT Noticias / Dolton, USA, 05.07.2025).- El pequeño pueblo de Dolton, Illinois, ha dado un salto inesperado. El 1 de julio, el consejo municipal votó por unanimidad la compra de la casa de infancia de Robert Francis Prevost, ahora Papa León XIV, el primer pontífice nacido en Estados Unidos de la historia. La casa de ladrillo de tres habitaciones, ubicada en un barrio más conocido por su infraestructura deteriorada que por su reconocimiento internacional, podría convertirse pronto en el punto neurálgico de una ruta de peregrinación mundial.

Lo que hace que esta decisión sea sorprendente no es solo el tema —la primera residencia de un Papa—, sino el lugar. Dolton es un pueblo de aproximadamente 20.000 habitantes, donde el 20% de los residentes vive por debajo del umbral de la pobreza, y la renta per cápita apenas supera los 29.000 dólares. La decisión ha suscitado un intenso debate: ¿se trata de una inversión visionaria o de una apuesta arriesgada?

El alcalde Jason House, recién elegido, ya ha enfrentado críticas por los servicios locales, presentó la compra como una oportunidad generacional. «Se amortizará sola», dijo a los residentes que abarrotaron la reunión del consejo. «Este es un momento histórico para Dolton». Su optimismo se basa en la avalancha de visitantes que la casa ha recibido desde la elección de Prevost en mayo, con autobuses que, según se informa, llegan a diario para echar un vistazo a la modesta propiedad.

A pesar del entusiasmo, muchos residentes se muestran escépticos. Las carreteras están llenas de baches, los presupuestos son ajustados y la deuda del pueblo es considerable. «Necesitamos alcantarillado, no santuarios», declaró un residente a la prensa local a las afueras de la reunión. Sin embargo, el consejo, tras escuchar tanto apoyo como resistencia, aprobó la votación sin ningún desacuerdo.

El administrador Edward Steave describió la casa como «ya un imán» para los visitantes, sugiriendo que su transformación en un sitio histórico podría revitalizar la economía local. La administradora Kiana Belcher reconoció la frustración de los residentes, pero pidió paciencia y visión. «Apóyennos», instó. «Esto no se trata solo de una casa, se trata de todos nosotros». El administrador Stanley Brown, quien se identificó como cristiano no católico, añadió una perspectiva espiritual: «Este es nuestro momento. No lo dejemos pasar». El abogado de la ciudad, Burt Odelson, se hizo eco de esta opinión en términos más pragmáticos. «Este lugar es único en el mundo hoy en día», declaró a CNA, haciendo alusión a las conversaciones que la comunidad mantiene con la Arquidiócesis de Chicago y expertos católicos internacionales sobre cómo preservar adecuadamente la casa del ahora Papa. Añadió que, si bien Dolton carece de fondos para una restauración completa, ya se están presentando donantes. Recientemente se instaló un nuevo techo, financiado en su totalidad por un donante privado.

El plan no se limita al sector inmobiliario. Odelson afirma que la comunidad establecerá una organización sin fines de lucro para gestionar las iniciativas de preservación y lanzará una campaña de recaudación de fondos para restaurar la casa y sus alrededores. «No solo estamos comprando un edificio», explicó. «Estamos creando un espacio que podría convertirse en sagrado para millones de personas».

La historia de la casa en sí es tan humilde como el papa que la habitó. La casa de 1050 pies cuadrados fue comprada y renovada por Pawel Radzik, un inversor inmobiliario local, quien, sin saberlo, la puso a la venta en enero. Al enterarse de su importancia, retiró la oferta y reestructuró la venta como una subasta. Aunque se esperaba que la casa alcanzara cerca de un millón de dólares, se dice que la comunidad negoció un precio mucho menor, aunque no se han revelado las cifras exactas.

Si bien el Vaticano no ha hecho ninguna declaración pública sobre el proyecto, Odelson insinuó que se está manteniendo un diálogo entre bastidores con altos funcionarios de la Arquidiócesis de Chicago. El objetivo, afirma, es garantizar que la preservación de la casa se ajuste a los estándares globales de la Iglesia y atraiga a peregrinos de todo el mundo.

El alcalde House, en declaraciones a los medios tras la votación, predijo que la casa comenzaría su transformación en un plazo de 30 a 60 días. «Esto es solo el comienzo», dijo. «Estamos poniendo a Dolton en el mapa, no solo para Illinois, sino para el mundo».

Que Dolton se convierta en un faro de renovación o en una advertencia dependerá de lo que suceda después. Por ahora, el pueblo ha depositado su fe no sólo en el legado de un muchacho local que llegó al papado, sino en su propia capacidad de soñar en grande, incluso cuando los caminos todavía necesitan reparaciones.

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