(ZENIT Noticias / Toronto, 20.06.2025).- Linda Gibbons, abuela de 76 años y veterana defensora del aborto, fue absuelta el 16 de junio por un tribunal de Ontario. El fallo la absuelve de los cargos relacionados con su manifestación pacífica frente a la clínica de abortos Morgentaler de Toronto a principios de este año.

Gibbons, cuya voz suave y desafiante la ha convertido en un símbolo perdurable del movimiento provida canadiense, fue arrestada el 12 de febrero por sostener en silencio una pancarta cerca de la entrada de la clínica. La pancarta, con la imagen de un bebé llorando y la frase «¿Por qué, mamá? Tengo tanto amor para dar», se ha convertido en un símbolo de su larga campaña de protesta.

Lo que distingue a Gibbons de la mayoría de los activistas no es solo su persistencia, sino el costo personal que ha incurrido. En las últimas tres décadas, ha sido arrestada en numerosas ocasiones y ha pasado aproximadamente 11 años tras las rejas, no por actos violentos o disturbios, sino por su testimonio silencioso y devoto en las inmediaciones de centros de aborto.

Un fallo judicial la declaró inocente de violar una orden judicial de décadas de antigüedad que restringe la actividad provida cerca de ciertas clínicas. Es la segunda absolución de este tipo en los últimos meses; Gibbons había sido absuelta previamente de cargos de daños relacionados con actividades similares a finales de 2024.

«Tras décadas de testimonio pacífico y numerosos encarcelamientos, Linda enfrentó una vez más repercusiones legales por no hacer nada más que defender en silencio a los no nacidos», declaró Campaign Life Coalition, una organización canadiense provida que ha apoyado sus esfuerzos. «Esta vez, la justicia prevaleció».

Gibbons nunca ha negado los cargos presentados en su contra; al contrario, ha utilizado su silencio en el tribunal como un gesto simbólico en nombre de los niños no nacidos sin voz a quienes pretende representar. Su decisión de no hablar durante las audiencias en ocasiones ha resultado en que la derivaran a evaluaciones de salud mental, como ocurrió en julio de 2024, cuando fue derivada brevemente a un tribunal psiquiátrico.

Sin embargo, en una de sus audiencias más recientes, incluso los testigos citados por la fiscalía admitieron que sus acciones no interfirieron con las operaciones de la clínica. Este testimonio fue crucial en la decisión del tribunal de absolverla.

Su activismo se ve legalmente precario por la Ley de Acceso Seguro a los Servicios de Aborto de Ontario, aprobada en 2017 y vigente desde febrero de 2018. La ley prohíbe manifestaciones, oraciones o cualquier manifestación de oposición al aborto a menos de 50 metros de las clínicas de aborto en la provincia. A pesar de sus orígenes en una administración liberal anterior, la ley no ha sido revisada ni impugnada por el veterano gobierno conservador progresista del primer ministro Doug Ford.

Gibbons ha criticado constantemente la legislación, calificándola de «ley provincial fabricada» que crea lo que ella describe como «zonas sin justicia» alrededor de los centros de aborto. Sin embargo, su desafío se ha mantenido pacífico y en gran medida simbólico, un rasgo que ha generado tanto admiración como críticas en el polarizado debate sobre el aborto en Canadá.

Su arresto más reciente marcó la quinta vez que fue detenida en tan solo un año. Antes de esta reciente serie de arrestos, su último encarcelamiento registrado fue en 2015, también frente a la clínica Morgentaler. Esa protesta resultó en una condena y una pena de prisión de 141 días, basada en una orden judicial de 1999 que posteriormente fue reemplazada por la ley de zonas de contención de Ontario, de mayor alcance.

Desde que Canadá legalizó el aborto en 1969, se han realizado más de cuatro millones de procedimientos, una cifra que los grupos provida suelen citar como equivalente a la población de Alberta. Sin embargo, el debate público sobre el aborto en Canadá sigue siendo mucho menos intenso que en Estados Unidos, en parte debido a la falta de una ley federal sobre el aborto en el país y a su amplio apoyo a la autonomía reproductiva.

En ese panorama, la protesta silenciosa de Linda Gibbons destaca aún más: una disidencia silenciosa y persistente en un país donde el aborto es legalmente irrestricto, pero socialmente complejo.

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