(ZENIT Noticias / Mérida, Venezuela, 16.09.2025).- Tan solo días después de que el Papa León XIV declarara santo a Carlo Acutis en una misa el 7 de septiembre, la Iglesia venezolana se vio conmocionada por la desaparición de una reliquia vinculada al joven «Influencer de Dios».

El objeto desaparecido, un pequeño trozo de tela guardado en un relicario de cristal en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en el estado andino de Mérida, fue reportado como robado el 9 de septiembre. Había sido confiado a la parroquia por un grupo juvenil local devoto de Acutis, cuya vida y testimonio digital han inspirado a católicos de todo el mundo.

Para los más allegados a la reliquia, su pérdida no se trata de un valor material. «Tiene un gran significado espiritual», dijo Adrián García, coordinador del Grupo Juvenil San Carlo Acutis, quien confirmó que la policía está investigando. Añadió, con una silenciosa esperanza: «Creemos que será encontrada».

El momento del robo no ha hecho más que ahondar el dolor. La reliquia desapareció dos días después de la canonización de Acutis en la Plaza de San Pedro, donde más de 80.000 fieles se reunieron para celebrar al adolescente que usó internet para proclamar la belleza de la Eucaristía. Su sitio web, que documenta milagros eucarísticos, sigue siendo su legado más conocido, lo que le valió el apodo de «Influencer de Dios».

Las reliquias de los santos recién canonizados suelen circular por todo el mundo, enviándose a parroquias y santuarios que las solicitan como material devocional. El grupo juvenil venezolano consiguió esta reliquia cuando Acutis fue beatificado en 2020, después de que una curación milagrosa en Brasil se atribuyera a su intercesión.

Sin embargo, la veneración de Acutis no ha estado exenta de controversia. La Iglesia Católica ya ha advertido contra el comercio en línea de sus reliquias, recordando a los fieles que estos artículos no son objetos de colección, sino instrumentos de oración. El robo en Mérida corre el riesgo de alimentar precisamente el tipo de mercado ilícito que el Vaticano ha intentado frenar.

Carlo Acutis, nacido en Londres en 1991 y criado en Milán, falleció de leucemia con tan solo 15 años. Su corta vida, marcada por una profunda piedad y una pasión por la tecnología, lo ha convertido en un mecenas de los jóvenes católicos que buscan la santidad en la era digital. Para los feligreses de Santo Domingo de Guzmán, la ausencia de la reliquia es más que una pérdida; es una herida en su conexión con un santo cuya historia resuena con sus propias luchas.

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